jueves, 3 de noviembre de 2011

Las dos caras de la moneda

La información es un elemento muy a tener en cuenta. En gran parte, uno de los mayores cambios que ha experimentado el ser humano ha sido la posibilidad de ir al servicio y comunicarlo por chat en el presente inmediato o incluso publicarlo en un blog. La noticia de la muerte de Gadafi tardó en llegar a la red pocos segundos. Hablamos de internet, el máximo apogeo a la hora de compartir información.


Sin embargo, a la información tiene dos caras. Como decía Einstein acerca de la energía nuclear, tiene una carta positiva y otra cara negativa. Por una parte, la información nos permite estar comunicados con nuestro entorno, indispensable para "sobrevivir" en cualquier época. Además, la información es útil para la vida cotidiana y para transmitir mensajes, elemento de gran valor dentro de la raza humana. Así se hace posible la educación o el hecho de la palabra. Sin embargo, la información está permitiendo a día de hoy la globalización. Todos nos conocemos, todos nos comunicamos y lo que es más, lo hacemos mediante una única plataforma, internet. De esta manera todos los datos quedan registrados y no muy protegidos ("lo digo de buena tinta").  Por otra parte y obviando lo que esto supone (suplantación de identidad, posibilidad de recibir virus...etc.) la información puede jugarnos una mala pasada. No es difícil acceder a internet y publicar cualquier artículo en blog o web, lo que supone que no en todos los casos en los que encontremos información será verídica y fiable. Basta con afirmarlo rotundamente y los lectores quedan convencidos.

En definitiva, si os dijera que la ley del vacío de Newton podría hacer que vuestra habitación explotara al estar cerrada, ¿Abriríais la puerta?.

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